miércoles, 11 de noviembre de 2009

Llegan visitas

Ana vino a nuestra vida un día que no cual fué. Sin llamar avisando, sin ser invitada, sin que siquiera nos dieramos cuenta que había llegado. O sí, capaz nos dimos cuenta, pero no quisimos ver que había una intrusa entre nosotros. Ana es muy seductora con quien es su anfitriona. Le da una meta, le sirve de apoyo, es su religión y su única familia. Pero no puede conseguir esto de un día para otro. Le lleva un tiempo. Un tiempo que consigue con engaños, con mentiras y con cualquier método que le pueda servir.
El hecho incontrastable es que un día llegó. Y nuestra vida cambió.

lunes, 26 de enero de 2009

La vida antes de ana...

Somos una familia normal (dentro de los límites un tanto difusos eso marca): mi esposa (hermosa cuarentona), mi hija de 15, mi hijo de 11 y yo (anciano calvo de 47).
Casados hace 19 años este año, con mi esposa vivimos discutiendo por tonterias, soportándonos mutuamente, y amándonos entrañablemente.
Padres "modernos" criados a la antigua, nuestros hijos lo son todo para nosotros. Cualquier esfuerzo es poco, cualquier sacrificio es válido si es por su bien.
El ultimo domingo de junio de 2008 por la madrugada terminó una de las noches más felices de los ultimos tiempos. El festejo por los 15 años de mi hija había terminado, y mi pecho rebalsaba de orgullo por ella.
Estaba hermosa, madura, amable. Se brindo con simpatía a todos los invitados, aún a los que casi no conocía, y le brindó a su abuelo (y a ella misma) el que creo sera uno de los recuerdos más hermosos para ambos al bailar con él un tango (ellos solos, al centro de la pista), con una dedicación y un amor que hicieron a todos olvidar cualquier detalle que pudiera haberle fallado. Si tuviera que usar un solo adjetivo para definirla ese día sólo dudaría en elegir entre "feliz" y "perfecta"...